*Circe*Circe caminó silenciosamente por el bosque y siguió el flujo de magia hacia la cima de la montaña. A pesar de sentir cierta inquietud y nerviosismo al acercarse a la hechicera salvaje, se esforzó por encontrar su fortaleza interior y recordar el motivo que la había llevado hasta allí. Mientr
—Está bien, um, ella puede aparearse con Nathan. Eso sería perfecto para Mae —propuso Circe, con una sonrisa de satisfacción al imaginarse a Mae descubriendo que estaba emparejada con Nathan, un hombre caprichoso sin un rastro de alfa en él.Raveena sonrió y le lanzó a Circe una mirada curiosa. Circ
MaeMae miraba hacia el horizonte mientras April adornaba su cabello con pequeñas flores. Su hermana mayor intentaba calmar sus nervios. Debería ser un día de alegría, sería un día feliz. Era consciente de esto en un nivel racional. Trataba de imaginar el momento final cuando viera a Henry esperándo
La luna de repente brilló con más intensidad, como un diamante gigante en el cielo. Luego, varios rayos emergieron y descendieron como pequeños orbes en las manos de la líder. Ella pronunció una bendición sobre las luces, y estas comenzaron a flotar hacia sus parejas destinadas.—Estamos en los mome
Henry (Henry)—¡Estás loco si crees que voy a acercarme a ti, y mucho menos a besarte! —Henry exclamó. —No sé cómo pasó esto, o cómo se estropearon las cosas, ¡pero tú no eres mi pareja! —Continuó caminando y se esforzó por evitar acercarse demasiado a Circe o mirarla a los ojos.—Sé que amas a Mae,
—Lo siento, mi amor. Lo lamento. Pero esto tiene que ser algún tipo de error. Tú y yo estamos destinados a estar juntos, lo sé. —Henry miró suplicante a la luna, como si esperara que la propia Diosa bajara y explicara la situación. Como si fuera a disculparse por el error y arreglar las cosas.—¿Cóm
HenryEl sol irradiaba con intensidad, inundando la habitación de Henry con luz cálida. La suave brisa susurraba a través de las ventanas, y el canto melodioso de los pájaros llenaba el aire. Era una mañana perfecta, pero para Henry, no había belleza en ella.Desde su perspectiva, el día entero esta
—Bueno, estoy seguro de que ustedes dos, enamorados, tienen mucho de qué hablar. Tu madre y yo estaremos en la otra habitación si nos necesitas o tienes algo que quieras, ya sabes, anunciar.Henry rodó los ojos ante la franqueza de su padre. Todo en él deseaba levantarse y regresar a su habitación p