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Capítulo 1026

Pero antes de llegar a la puerta, alguien reconoció de inmediato a Simón.

—¿Ese es el tipo raro?

La voz de una mujer capturó al instante la atención de todos.

Al voltear hacia Simón, el ambiente se tornó tenso de inmediato. Señalaban y murmuraban sobre él, y algunos hombres incluso comenzaron a insultarlo. Un par de ellos intentaron acercarse para enfrentarlo, pero fueron rápidamente detenidos por alguien en la misma mesa.

El rostro de Simón se oscureció.

Daniela muy apresurada lo sacó del lugar y subieron al coche, regresando a gran velocidad a Isla Lacustrina.

Al llegar a la habitación de Simón, Daniela trató de consolarlo: —Tranquilo, dijiste que le darías otra oportunidad. Creo que ella se dará cuenta de tu fuerza y aclarará pronto las cosas.

Simón suspiró profundamente y dijo: —Nunca imaginé que el acoso en línea pudiera ser en realidad tan intenso.

—Tu actitud es demasiado positiva. Si fuera otra persona, habría pensado mejor en suicidarse, — comentó Lucía.

Miguel también frunció
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