RAVENGolpeando y azotando la espalda de Adriano, su mano se posó en la parte inferior de mi trasero, haciéndome jadear mientras me mordía y enviaba ondas de ardor a través de mi piel hasta... el infierno.Maldito infierno.Me reprimí un gemido cuando la aguda quemazón se disipó gradualmente en un d
¡Mierda! ¡Mi barra!¿Cuándo iba a poder volver con mi bebé?Cruzando los brazos, coloqué una pierna sobre la otra, lo que hizo que su mano se deslizara de mi muslo y volviera a su regazo. Mirando al hombre irritantemente atractivo a mi derecha con un puchero, evalué a Adriano. Otro hombre igualmente
Mi mami pensó por un momento antes de levantar su dedo índice en el aire. —Es tarde y ya está durmiendo. No queremos despertar a papá, ¿verdad?Negué vigorosamente con la cabeza. —No.—Esa es mi chica. —Ella tocó despacio la punta de mi nariz con la yema del dedo, haciéndome reír. —Papá necesita d
ADRIANOLa oscuridad me envolvió mientras el zumbido en mis oídos persistía. Me sentí mareada y con náuseas, completamente desorientada y perdida. Con un gruñido, alcé la mano y golpeé con los nudillos una superficie de terciopelo.—Maldición.— Mis dedos tocaron la textura familiar del techo del aut
—Estás volviéndote más blando, jefe. —Leo bromeó mientras pasaba junto a la camioneta.Lo fulminé con la mirada.—Si es necesario, puedo matarla.—Lo creeré cuando lo vea. —Leo se guardó un cuchillo y una pistola en el bolsillo de la guantera antes de tropezar con la parte trasera del todoterreno y
Nyx miró a la camioneta que seguía estando en nuestro camino.—Nos siguen.—Acelera, Leo. —Hice un gesto con la mano hacia adelante, instando a Leo a aumentar la velocidad, pero no podía permitirme el lujo de que Raven se lastimara más. Acelerar sería peligroso.Con el brazo apretando fuerte a Raven
RAVENAdriano yacía debajo de mí con las manos sobre la cabeza y el cuchillo presionado contra su garganta. Mirándome a través de su desordenado cabello negro, las comisuras de sus labios poco a poco se curvaron en una sonrisa, haciendo que mi corazón latiera con fuerza en mi pecho.Disfrutó lo que
—Te lo concedo. —Adriano pasó las yemas de sus dedos por mi brazo antes de agarrarlos con fuerza y sujetarlos por encima de mi cabeza, mis pechos besaban el aire mientras me movía debajo de él.—Joder— La maldición salió de mis labios con un suspiro áspero mientras mi corazón se aceleraba con antici